domingo, 16 de agosto de 2009

Libélula 1: Pierre y el masón.

Pierre ha heredado una de las mayores fortunas de Rusia. Su mujer, la bella Helena, ha seducido en él a su fortuna, el verdadero objeto de su amor. El presunto amante de su mujer, su viejo amigo Dólojov, desaira a Pierre en ocasión de una cena en un club y éste lo reta a un duelo. El enfrentamiento se salda con Dólojov malherido. Helena hiere a Pierre con palabras de desafecto. Pierre se separa de ella y se encierra en un hotel. La vida carece de sentido para él. Un anciano masón lo visita en su desordenada guarida y su conversación con él lo reintegra al orden, lo resitúa en el sentido. El anciano le cuenta a Pierre su propia y vacía vida hasta ese momento:

"Tú dices que el mundo consiste en ruinas que caen y se aplastan mutuamente. Y eso es correcto. Tú mismo eres esas ruinas (...) Eres rico, diez mil personas dependen de tu voluntad. ¿Los has visto, conoces sus necesidades, te has preocupado, has pensado en qué situación física y mental se encuentran, los has ayudado para encontrar el camino para llegar al Reino de Dios? ¿Has secado las lágrimas de las viudas y los huérfanos; los has querido de corazón aunque sólo sea un minuto? No. Aprovechándote del fruto de sus esfuerzos concediste sus deseos a gente ignorante y que sólo perseguía sus propios intereses y tú dices que el mundo se derrumba. Te casaste y tomaste la responsabilidad de guiar a un ser joven e inexperto y ¿qué es lo que hiciste, pensando sólo en la satisfacción de sus apetitos? (...) No la ayudaste a encontrar el camino de la verdad, sino que la precipitaste en el abismo de la mentira y la desventura. Un hombre te ofende y tú le matas o has querido matarle. Tu sociedad, tu patria te ha dado una posición más feliz y superior en el Estado. ¿Cómo les has agradecido ese bien? ¿Has intentado en el tribunal mantener la postura más justa o conseguir la cercanía al trono del zar para defender la verdad y ayudar al prójimo? No, no has hecho nada de eso, te abandonaste a los más insignificantes anhelos humanos, rodeándote de los más despreciables lisonjeros, y cuando la infelicidad te mostró toda la insignificancia de tu vida, no te culpaste a ti mismo sino al omnisciente Creador, al que no conoces para no temerle".

¿Y qué vida debe empezar ahora Pierre si sigue el consejo del anciano?

"Tenía que visitar todas sus inmensas posesiones, en todas debían ser realizados beneficios materiales para los cristianos, por doquier debían ser fundados hospicios, hospitales y escuelas. Sus enormes medios debían ser utilizados para difundir la cultura en Rusia, la publicación de libros, la educación de sacerdotes, la creación de bibliotecas, etc. Él mismo debía ocupar un destacado lugar en el servicio y ayudar al bienhechor emperador Alejandro a erradicar de los tribunales la corrupción y la mentira. Su casa debía ser lugar de reunión de todos sus correligionarios, de todos aquellos que luchaban por el mismo fin".

Lo encontramos en LEV TOLSTOI: Guerra y Paz, editorial DeBolsillo, en traducción de Gala Arias Rubio.

lunes, 25 de mayo de 2009

Mosca 6: No poseáis y no seréis poseídos.

¿Cuántos de vosotros, mis muy queridos millonarios, intentáis la excelencia? Pocos, ¿verdad? Preferís poseer ingentes cantidades de cosas exquisitas y exclusivas, en la idea de que gozar de tales cosas es la mejor de las vidas. Ciertamente es difícil sustraerse a la ilusión de excelencia que emana del lujo. Pero en esa vida de lisas y ebúrneas superficies, espejos dorados y seres de pasarela hay, sobre todo, cálculo y astucia, despotismo y arrogancia del dinero sobre subalternos, moscones y amigos. Sólo en ocasiones descansais de esa mefítica estrechez espiritual para fingiros tan exquisitos como las cosas que creeis poseer y que en nada se os parecen.
Pacto con el diablo: un alma -sólo un alma- a cambio de ríos de oro. (Os sonreís en lo íntimo persuadidos de haber cerrado un magnífico negocio, compadeciendoos de la ingenuidad del diablos).
Nada posee quien ha perdido el sentido de lo que posee. Quien cree ser el dueño legítimo de lo que ha cosechado la ambición es un loco.
La ambición es ciega e insensible a la integridad de lo que sacrifica: Naturaleza, Buena Voluntad, Cuerpos, Vidas, Equilibrios.
Los siervos de su ambición extienden sobre la Tierra el infierno: ciudades y campos devastados, pisos-cárcel, cuerpos consumidos por la esclavitud, mentes hostigadas, laberintos sin pulmones, necesidad de evasión... El destilado de sus empresas: stocks de máquinas y artilugios de evasión, cosas-espejismo, pirotecnia; tras la cortina de humo de la explosión, imponentes, se alzan las grandes y exclusivas mansiones de los maestros pirotécnicos.
Mis muy queridos millonarios, os animo a transformar vuestro dinero, no en más dinero (D-M-D´), sino en virtud, dominios del paraíso. Sirviendo a la Voluntad del Cielo (en vuestra inteligencia, no en vuestra vulgar astucia), entenderéis. Recuperaréis el sentido de la riqueza: no como botín, sino como poderosa herramienta de la Inteligencia creadora que expande el Paraíso y hace retroceder al desierto.
Si la riqueza no es esto último, no es más que el peso añadido a la pobreza de espíritu, miseria del Universo, decadencia, el túmulo de un cadáver.

domingo, 19 de abril de 2009

Mosquito I: Sobre el Imperativo de Acumulación

Querido millonario: ¿Tienes pasta? ¿Tienes, además de pasta, pasta de Gran Hombre, pasta de Gran Mujer? Para hacer real ese potencial humano debes deshacerte cuanto antes del Imperativo de Acumulación, basado en la Compulsión de Realización.

No necesitas realizarte, pues ya estás realizado. Lo que pretendes realizar no es tu ser sino su imagen (proyectada por ti). Tú ya eres real; tu deseo, tu sueño, tu proyección, no lo son.

Por ejemplo, el esquema: Primero, hacerme inmensamente rico. Después, ser filántropo.

Esto es: hacer el bien con los réditos de mis negocios, que dirijo conforme a una lógica económica inhumana.

La lógica económica del máximo beneficio, sacrifica la humanidad al número. El número es en esa lógica la verdadera vara de medir. Su Dios es el endiosamiento a través de una substancia abstracta: la cifra (el dinero).

La lógica del dinero, como cierta bomba, deja en pie infraestructuras, pináculos, pirámides, ingeniería... y destruye hombres: despojados de su tiempo y su libertad.

Si realmente tienes pasta de Gran Hombre, madera de Gran Mujer, si eres realmente un Ser Humano noble, sensible e inteligente, no es Golden Fly quien te va a persuadir de la necesidad de emanciparte del Imperativo de Acumulación, fundado en el supuesto (falso) de que todo tu éxito como ser humano consiste en tu éxito social (dinero, prestigio), imperativo enraizado en la Compulsión de Realización.

Sólo se vive una vez: No seas ficticio, ni un esclavo, ni una rata. Actúa en el mundo como un ser inteligente, libre y noble; goza con tu éxito humano y desprecia tu éxito social; encauza el inmenso caudal de riqueza que posees libremente, purificando en espiral el universo, lo único en que se recrea un Ser Humano verdaderamente Grande: realizar la Voluntad del Cielo, esto es, la más Alta Inteligencia.

lunes, 9 de marzo de 2009

Mosca 4: De cómo el dinero nos hace a su imagen y semejanza.

El humano sometido a la necesidad (lo que imperiosamente le pide su cuerpo y lo que obcecadamente le pide su pensamiento), si quiere satisfacerse, antes tiene que trabajar. Una vez hecho el trabajo que nos proporciona aquello que satisface nuestra necesidad, quedamos momentáneamente libres de la necesidad y podemos ser.
Si carezco de dinero, tengo que procurármelo, porque tengo necesidades. Pero si ya tengo dinero, seguir buscándolo como si no lo tuviese, y consagrar mis facultades y mi tiempo (mi vida) a su incremento, haciendo de él la inspiración que preside toda mi actividad, equivale a renunciar a la libertad, que es la esencia de la vida.

jueves, 19 de febrero de 2009

Mosca 3: Neura de mosca

Mosca. SUPUESTO uno: Tengo mil millones.
Si tengo mil millones puedo:
a) no pensar,
b) pensar.

Si no pienso (caso a), entonces creeré que DEBO incrementar "mi" patrimonio. "Invertiré" mi capital (invertir: dar la vuelta; convertiré la realidad en dinero, aunque para ello deba consumirla, deteriorarla, caotizarla... pero bueno, eso no lo hago yo, no es algo personal: son las inercias del sistema).

Si pienso (caso b), entoncés SABRÉ que con mil millones (de euros, de dólares, de libras esterlinas...) se puede hacer real (realizar) el orden, la belleza, la justicia de la Inteligencia (la verdadera inteligencia que los chinos llamaban la Voluntad del Cielo y K. hace equivalente a COOPERAR CON EL UNIVERSO). En suma, si pienso, convertiré el dinero en realidad (de la Buena).

Supóngase que tengo mil millones y pienso (supuesto, después de todo, tan sólo altamente improbable, pero no imposible). Pienso, luego no soy codicioso, no soy esclavo de la ambición, no me someto al imperativo de la acumulación ni a la tiranía del éxito tal y como la sociedad lo entiende y glorifica (extrema apología del fragmento, adoración del MI, del YO y el MÍO).
No incrementaré mis mil millones. Sólo construiré casas: espaciosas, bonitas, ecológicas, hechas con buenos materiales, pero sobre todo con amor. Contrato a buenos profesionales y les pago lo que es justo; como pienso, puedo encontrar una remuneración de justicia. Luego, sacaré las casas a precio de coste, esto es, escasamente por encima de ese coste, lo justo para poder seguir construyendo ese tipo de casas. Porque uno no hace dinero (hemos supuesto que ya lo tiene), sino casas. ¿No puede uno vivir así: buscando siempre la belleza, la funcionalidad, el servicio, la integración, el orden, la felicidad de las personas que habitarán los espacios que la inteligencia nos ha permitido crear? Uno jamás tendrá más de mil millones, pero estará cooperando con el universo, realizando orden, belleza y justicia de un modo muy físico: casas, viviendas, parques.
Después, uno también es feliz viviendo su vida.

Hay moscas cojoneras y neuromoscas. A veces las dos son la misma.

viernes, 13 de febrero de 2009

Mosca 2: Educar a un millonario.

Queridos millonarios desmotivados, seriamente preocupado por vuestro bienestar moral, os brindo desde aquí justo lo que estabais necesitando: orientación moral y filosófica gratuita.

Lo que tan bien entendemos en la literatura: el Jean Valljean de "Los Miserables", la transformación del rico roñoso y amargado del "Cuento de Navidad" de Dickens... jamás lo practicamos en la vida.

En la vida preferimos ser astutos a verdaderamente inteligentes.
En la vida preferimos ser poderosos a valiosos.
En la vida preferimos apoderarnos de una parcela que "cooperar con el universo".

¿Cómo cooperar con el universo cuando uno es acojonantemenete rico? Próximamente en Neura de Mosca.

domingo, 1 de febrero de 2009

Mosca 1: Primera mosca

Mosca 1. Estoy un poco mosca. Mi estar mosca no es exactamente por cabreo con algo. Sólo es lo primero que me ha venido a la cabeza cuando me crearon este blog; no tengo ni idea de cuál va a ser su orientación, contenido, carácter, personalidad, línea... Ya veré. El caso es que no suelo estar supermosqueado, lo cual es raro, habida cuenta de la sociedad planetaria que tenemos: la que hemos heredado y a la que le estamos dando continuidad. ¿Cómo pues no estoy supermosca? Fácil. Uno no es ubicuo. La ubicuidad nos permitiría ser TOTALMENTE OBJETIVOS. Como si tuviésemos dos gigantescos telescopios con infinitos ojos, dos ojos compuestos de NEUROMOSCA proyectados simultáneamente sobre los infinitos fragmentos de la totalidad. Lo hacemos un poco inconscientemente, un poco a lo tonto, al navegar, cuando vemos la tele, ojeamos revistas pasando páginas y páginas... Como NEUROMOSCA que a veces soy, me interesa sobre todo posarme con mis seis patas más cerca de la realidad. Pero, no sé, estoy mosca.