lunes, 9 de marzo de 2009

Mosca 4: De cómo el dinero nos hace a su imagen y semejanza.

El humano sometido a la necesidad (lo que imperiosamente le pide su cuerpo y lo que obcecadamente le pide su pensamiento), si quiere satisfacerse, antes tiene que trabajar. Una vez hecho el trabajo que nos proporciona aquello que satisface nuestra necesidad, quedamos momentáneamente libres de la necesidad y podemos ser.
Si carezco de dinero, tengo que procurármelo, porque tengo necesidades. Pero si ya tengo dinero, seguir buscándolo como si no lo tuviese, y consagrar mis facultades y mi tiempo (mi vida) a su incremento, haciendo de él la inspiración que preside toda mi actividad, equivale a renunciar a la libertad, que es la esencia de la vida.

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